No defraudó el partitido de ayer entre veteranos y juniors. Eso si, falto la nota de color que suele aportar el siempre carismático Luquiño, mejor dicho, Lucas, porque de brasileños solo tiene el amarillo de la camiseta. Ayer no dignó a comparecer, por lo que se confirma aun más si cabe que parece estar buscando que le abran la puerta de atrás del club y lo larguen donde Jesucristo pegó las tres voces. Había mucha intriga por saber si los dos puntas de los veteranos serían capaces de hacerle un gol al dictador del area. Gran parte de la noticia estaba en ese dato. Dos hombres tan cuestionados, ¿serían capaces de batir al crecido Andrés? Dani, el marmolista, parece ser que para el día de ayer se quitó el polvo de los ojos y acertó en la diana, ¡Ya era hora! Por lo visto los rumores de que su nombre sonaba para una posible cesión le han hecho despertar del letargo. Eso si, nos dejó su habitual pincelada fallando un gol clamoroso cuando el equipo más lo necesitaba. Está claro que un día hace la mano tonta y otro falla el gol que mete hasta el Lucas con los ojos vendados. El otro protagonista, Alvaro, merece mención aparte. Tiene para escribir un libro lo de este hombre. Como viene siendo habitual sus compañeros comenzaron resignados a que al menos dos o tres goles fallaba. Alvaró no defraudó. Sus mano a mano con Tito Andrés fueron de lo más espectaculares, y es que el gran momento que vive este guardamete hacía que el sr. Alvaro una y otra vez se viera superado por él. Se lo paraba todo, y de que manera, levantando los uys de los allí presentes. Finalmente, y después de protagonizar un nuevo capítulo de ineficacia goleadora consiguió marcar. Sonaron campanas en Jaen. Al fin metía la pelotita entre los tres palos. Rompía el maleficio. ¿Salía de la crisis? Eso está por ver. Lo peor, su gesto, queriendo hacer callar bocas cuando la primera que tiene permanecer cerrada es la suya por la multitud de ocasiones falladas. Ya solo nos queda esperar al próximo episodio la siguiente semana. Por cierto, marcó el Pelu, ya era hora tambíen que estrenara el casillero; y claro está, no faltó su tumbing. De nuevo al suelo, de nuevo catando el frescor del cesped. Se ha convertido en la antítesis del equilibrio. Muchos piensan que el motivo de dichas caidas es la cola tan aerodinámica que se prepara que hace ir tan rápido que pierde estabilidad. Pero el gran protagonista de la noche fue el central, ese portento de central, Carlos. Su anonimato ha caido en picado dentro de las crónicas. Vaya cantada!!!! No han llegado los Reyes Magos pero Carlitos es tan generoso que se ha anticipado al menos cuatro meses. Cuando su equipo ganaba va y le regala el baloncito al peor enemigo que se podía cruzar, Titola, y éste que tampoco es que estuviera muy fino, pepinazo que te crio que consigue atajar el guardameta; pero.... ¿para que?? Ahí estaba Carlos de nuevo, el solito, no le hacía falta nadie, como Juan palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. Penalty. Si, si, hizo penalty. Clarísimo por cierto. Si eran pocos regalos ahí va otro. Suc compañero no sabían si escupirle o comprarle una parcelita en Alaska. Finalmente, y gracias al Rey Carlos, que viene por septiembre, empate.
miércoles, 3 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)


0 comentarios:
Publicar un comentario