15 aspirantes a una alcaldía dolorida

Un enjambre de partidos aspira a ser bisagra tras el 'caso Astapa'

Casi tres años después de que la policía tomara el Ayuntamiento de Estepona (Málaga) por una operación contra la corrupción bautizada caso Astapa, el municipio, de 66.150 habitantes, acudirá a las urnas. 15 partidos, salvo inscripción de última hora, concurren a la alcaldía. La mayoría aspira a ser bisagra entre PP y PSOE. Entre los candidatos hay al menos dos implicados en el caso de corrupción. Estas elecciones municipales servirán para comprobar si las numerosas familias políticas de Estepona siguen movilizando a su electorado, o si, como ocurrió en Marbella, hay una apuesta clara por los dos partidos mayoritarios. Y también habrá que resolver la incógnita sobre si lo ocurrido ahuyenta al electorado y se traduce en una alta abstención.

Varios imputados por corrupción se reparten en un rosario de partidos
Cada esteponero lleva en su interior un fino analista político. Tres mayores sentados en un banco del parque de la Constitución, vestidos con gorra de paño y chaqueta de lana, dejan claro que no entienden de política. Sin embargo, aportan una serie de claves que cualquier sociólogo firmaría. "Ninguno de los dos partidos fuertes, PP o PSOE, tendrá mayoría absoluta. El que no está implicado en una cosa lo está en otra. La clave estará en el voto cautivo, que se conseguirá prometiendo puestos de trabajo, y eso que el Ayuntamiento ya no puede más", aportan.
David Valadez, actual alcalde y candidato del PSOE, es el denunciante del caso que sacó del gobierno al también socialista Antonio Barrientos, entonces regidor, y a otros seis ediles de su mismo partido. Desde julio de 2008 ha gobernado con grandes apuros económicos -el municipio no pueden afrontar los salarios de su inflada plantilla- y políticos -tiene en la oposición a todos los ediles implicados.
Tanto Valadez, como José María García Urbano, candidato del PP, inciden en la austeridad de sus campañas y en la necesidad del contacto directo con los ciudadanos. Valadez asegura que se financian con las aportaciones de la agrupación. "Justificamos cada gasto en rueda de prensa", dice. García Urbano, que compagina su trabajo como notario con la campaña, alaba el enorme esfuerzo de los 250 voluntarios populares. El candidato del PP insiste en el "descrédito" de la clase política tradicional existente entre los vecinos, con todo aprecia "ansias de cambio". "Les han quitado la ilusión, pero no las ganas de votar", mantiene.
Un rosario de partidos, muchos surgidos por escisiones derivadas del caso Astapa, reparte sus oficinas por la ciudad. En la Avenida de España, situada frente al Paseo Marítimo, tiene su sede el Partido de Estepona (PES), por el que concurrirá el ex gilista José Ignacio Crespo, que pasó seis meses en prisión preventiva; y el CDS, con el ex edil del PA Rafael Montesinos como cabeza de cartel.
Montesinos, también implicado en el caso, trata de captar votos entre la población extranjera. "Los vecinos están desencantados y muy hartos de tanta mentira. Espero, por el bien de todos que no haya una abstención muy alta", mantiene tras incidir en que la persona que le denunció en el caso Astapa se ha retractado.
Juan Manuel Rodríguez, antiguo compañero de Crespo y creador del partido Ciudadanos Independientes de Estepona (CIE), intenta diferenciarse de las opciones mayoritarias. "En política no debe valer todo", incide. "Estamos compitiendo con Burgen King y MacDonalds y nosotros somos Hamburguería Pepi, tenemos que poner los mejores ingredientes", añade.
A las elecciones también concurren un partido verde, cuyo cabeza de cartel, Gerardo Galán, estuvo a punto de conseguir un edil en las pasadas elecciones y una formación liderada por un policía local.
"Aquí ha llegado el dinero en camiones y ahora estamos en la miseria", mantiene Francisco Martín, vecino de Estepona, mientras toma el aperitivo. "No puede repetirse esto de que se metan 10 ó 13 partidos políticos en una misma cama. Cualquier escenario es posible, aunque seguro que ya lo habremos imaginado", añade.