El Málaga C. F. ha empatado con el Poli Ejido (1-1), en el Estadio La Rosaleda, en la 27ª jornada de la Liga BBVA. Tras una primera parte poco vistosa que acabó 0-0, los tantos llegaron en el segundo tiempo, el cual fue de dominio total y absoluto del cuadro blanquiazul. El visitante Juli anotó un golazo que adelantó a los almerienses (min. 47) y el pichichi malaguista Baha, que marcó su noveno gol liguero, igualó el tanteador de soberbio testarazo a pase de Gámez (min. 55). El canario Hernández Hernández pitó un choque que vieron en las gradas de Martiricos 15.455 espectadores. Los de Muñiz, segundos en la tabla, suman 50 puntos en su casillero si bien el cuarto clasificado, la Real Sociedad, reduce distancias situándose ya a 5 puntos.
En el primer período el Málaga tuvo la posesión del balón pero no la llegada suficiente como para hacer daño al portal defendido por un seguro Bello Serans. Alrededor del minuto 15 llegaron, sin duda, las dos ocasiones más diáfanas de los malaguistas. Una falta enroscada de Paulo Jorge desembocó en hasta tres remates en mitad de un bosque de piernas de jugadores del Ejido que evitaron el gol, y en el córner subsiguiente Weligton cabeceó solo al borde del área chica pero no conectó bien su testarazo. Los visitantes se limitaron a contener el juego, no demasiado brillante, de un Málaga que parecía atascado de medio campo hacia delante.
Por ello Muñiz cambió el libreto en la segunda parte dando entrada a Apoño y Peragón y colocando un 3-5-2 ofensivo en el tapete, magnífico, de La Rosaleda. A los 25" pudo haber una mano de Bernaus en una acción de Hidalgo, en lo que pareció un penalti claro. Acto seguido vino el tanto ejidense. Acción individual de Juli por la izquierda y latigazo seco que entra por la escuadra de Goitia. La reacción del Málaga no se hizo esperar, impulsada por Sandro, que entró en el minuto del gol de la igualada definitiva; abertura del canario a la derecha, centro medido de Gámez y testarazo picado como mandan los cánones de Nabil Baha. Otro golazo más al zurrón del 'killer' blanquiazul. De ahí hasta el final de la contienda el equipo de Muñiz intentó, con más corazón que cabeza, culminar la remontada anotando el gol de un triunfo que no llegó. Por las bandas, por el centro, con juego directo o combinativo, dio igual... No hubo manera de derrocar la muralla de diez jugadores por delante de Bello Serans que dispuso el técnico visitante, al que parecía valerle el empate desde el primer minuto de partido, llegándose a un 1-1 final que dejó con un sabor agridulce a un Málaga tremendamente superior a su rival pero que no tuvo el acierto y la precisión ofensivas de otros compromisos.
