El mobiliario urbano es patrimonio de todos nosotros. Todos pagamos unos impuestos para que dicho mobiliario esté en el mejor de los estados posibles y que podamos hacer uso del mismo de la mejor de las maneras. Tanto farolas, bancos, como papeleras son en cierto modo algo nuestro. Es por esto por lo que hay que denunciar aquellas actitudes en las que algunos aprovechen para sacar tajada a nivel personal, o que simplemente con sus actos dañen dicho mobiliario. Es esto precisamente lo que viene sucediendo con algún que otro individuo, el cual aprovecha lo que es de todos para hacer su propia publicidad y sin coste alguno. Desde mi punto de vista me parece algo indigno y falto de moral. ¿Ha preguntado si tiene derecho a publicitarse sin permiso? Yo diría que no, porque conociendo como conozco a personajes de dicha índole es más que probable que adopte posturas individualistas y autoritarias apartándose totalmente de los principios democráticos que nos gobiernan. Con este artículo no hago más que reprochar una actitud que me parece inadecuada para la imagen de nuestra localidad, y más en estas fechas veraniegas donde el turismo, nuestra principal fuente de riqueza está en su máximo apogeo. Porque si una papelera es negra con ribetes dorados es negra con ribetes dorados, y no hay porque ponerle una pegatina cutre blanca donde el sr. Lucas se publicite sin recato alguno. Espero que con esta humilde llamada al orden de un simple contribuyente, aunque enamorado de su pueble, el sr. Juan Antonio, Lucas, paquete o como se quiera llamar vuelva al orden y deje de dañar la bonita imagen de nuestro pueblo, aprovechándose de un esclavo al que tiene día y noche empapelando la ciudad con pegatinas que dejan mucho que desear.
Don Miguel.
