La antología del carácter

Cuando se habla de carácter en la cancha, de temperamento siempre a punto de estallar, se habla de Eric Cantona. Pero cuando se hace referencia al espigado francés de un metro 88 centímetros, se habla también –y sobre todo- de talento.
Elegido Mejor Jugador de la Historia del Manchester United, Cantona salpicó su carrera con frecuentes insultos y agresiones, que le valieron una contradictoria fama: algunos lo veían como un crack; otros, como una escoria.
Este maravilloso delantero nació en Marsella el 24 de mayo de 1966, y amasó lo mejor de su expediente en competencias de clubes (con la casaca de Les Bleux, Cantona solo participó en 43 contiendas, con 20 goles a su haber). Así, ganó la Liga de Francia de la temporada 1990-91, y después le añadió cuatro trofeos de la Premier League (1991-92, 92-93, 93-94 y 95-96), además de dos Copas de Inglaterra (93-94 y 95-96).
Su trayectoria profesional se inició en el Auxerre francés (1983-85, dos goles en 14 desafíos), y prosiguió con un tránsito efímero por el Martigues (1985-86).
Luego volvió al Auxerre (1986-88, 68 partidos y 21 goles), y pasó al Olympique de Marsella (1988-89, 22 partidos y 5 goles), en un período que alternó con el Bordeaux (11 partidos y 6 goles).
De 1989 a 1990 estuvo en el Montpellier (33 partidos y 10 goles), de ahí se fue otra vez al Olympique (1990-91, 18 partidos y 8 goles), y cerró la etapa en su país con el Nimes (1991-92, 16 partidos y 2 goles).
Ya en Inglaterra, debutó con el Leeds (1991-92, 28 partidos y 9 goles), y entonces se vistió de Diablo Rojo con el Manchester, para el que, de 1992 a 1996, jugó 107 encuentros y marcó 53 dianas.
Una vez retirado, se dedicó a las actuaciones en el cine, y formó parte de la selección francesa de Fútbol-Playa.