jueves, 9 de diciembre de 2010

La gran historia de Alex Calvo-García


Iñigo Gurruchaga relata la aventura de un futbolista vasco en el modesto Scunthorpe inglés
Para entender lo que es el fútbol inglés basta con imaginar una escena. Son las siete de la mañana y un grupo de 'supporters' del Scunthorpe United, un club de la Cuarta División, emprende viaje a Swansea. Es un día de perros. Hace frío, llueve y el viento es un vendaval oscuro que barre las calles de esta pequeña ciudad industrial del norte de Lincolnshire. El Scunthorpe no se juega nada. Y tampoco juega nada, la verdad. El partido promete menos que un funeral y obliga a un viaje pesadísimo de 900 kilómetros entre la ida y la vuelta. Sin embargo, nada de esto desanima a los hinchas, que llegarán a tierras galesas y presenciarán un partido horrible a cuyo término, con la satisfacción del deber cumplido, no dejarán de cantar, orgullosos, con el alma en la mano, el viejo himno del club: 'Scunthorpe til i die'.


'Scunthorpe hasta la muerte' es el título que el periodista Iñigo Gurruchaga (San Sebastián, 1956), corresponsal en Londres de El NORTE desde hace más de veinte años, ha elegido para su último libro, un relato en el que cuenta, según se lee en su portada, «el extraordinario viaje por los campos de fútbol ingleses de Alex Calvo-García». Alex es un ex-futbolista de Ordizia que se había formado en los juveniles de la Real Sociedad y había jugado en el Beasain y en el Eibar. En 1997 se quedó sin equipo y le pidió a su amigo y agente, Iñaki Ibáñez, que le buscara una salida. Eran los tiempos de la ley Bosman y a los escalones menores del fútbol profesional inglés, tan herméticos durante décadas, comenzaban a incorporarse futbolistas extranjeros, entre ellos algunos españoles como Isidro Díaz, Jesús Seba y Roberto Martínez, actual entrenador del Wigan.

Ibáñez tiró de los contactos británicos de la agencia de Miguel Santos y consiguió para su pupilo una prueba en el Scunthorpe United. El club de Lincolnshire buscaba un delantero centro, a ser posible extranjero. Esto último no es que fuese estrictamente necesario, pero era conveniente. Sucedía que el eterno rival, el Hull City, que entonces militaba en la Cuarta División y ahora lo hace en la Premier, había fichado la temporada anterior a un futbolista gallego, Antonio Doncel, y los hinchas del Scunthorpe no podían por menos que sentir una cierta envidia, una puntada de celos ante esa contratación tan exótica de sus insoportables vecinos. Para entender este sentimiento basta con escuchar la canción que la grada de Glandford Park dedica, desde hace años, a su rival más odiado. «Cuando era un simple muchacho, pregunté a mi madre: ¿Seré del Scunthorpe o seré del Hull? Mi madre me respondió: ¡Lava tu boca, hijo mío, coge la escopeta de tu padre, y dispara contra la canalla del City, y dispara contra la canalla del City». Alex Calvo-García, Jandro para los amigos, ni siquiera era delantero centro, pero
aceptó la propuesta y tomó un vuelo a Manchester. En el peor de los casos, la estancia en Inglaterra le serviría para aprender un idioma del que no sabía una palabra.


La leyenda

Trece años después, ya retirado del fútbol aunque convertido en un gallo del fútbol 7 -con el Zuma GH se proclamó campeón de España y Europa en 2008-, Alex se emociona hasta las lágrimas al recordar sus años en Scunthorpe. Allí vivió una experiencia humana excepcional. Formó una familia con su mujer, Leire, jugó ocho temporadas, hizo amigos para toda la vida, marcó en el viejo estadio de Wembley el gol que dio a su equipo el ascenso a Tercera División en 1999 y se convirtió en una leyenda del club. En la tienda del Scunthorpe, bajo la tribuna de Glandford Park, quizá puedan comprarse todavía camisetas en las que se lee: 'Alex Calvo-García The legend'. Y no sólo eso. El Ayuntamiento de esta ciudad de 72.000 habitantes se plantea bautizar una calle con su nombre. «La verdad es que fue algo maravilloso. Ahora vivo en Beasain, pero sigo yendo allí todos los años. Como futbolista, lo que puedo decir es que me sentí un profesional. El club, los 'supporters', el ambiente de los campos, la organización... Todo te hace sentirte un profesional. Siempre digo que si quieres saber lo que es el fútbol tienes que jugar en Inglaterra», aseguró ayer Calvo-García, durante la presentación del libro que tuvo lugar en el café Iruña de Bilbao.

Iñigo Gurruchaga ha relatado con maestría la aventura inglesa de su paisano, desde su llegada hasta su despedida de Scunthorpe. En su libro, publicado por Saga Editorial dentro de una colección de tema deportivo que incluye otros tres títulos -'Bajo los cielos de Asia', de Iñaki Ochoa de Olza; 'No querían ganar', de Jorge Nagore y 'El tercer tiempo', de Albert Turró-, el periodista donostiarra alterna la crónica de viajes y la deportiva con el ensayo histórico y la biografía de su personaje. El resultado no deja de ser un estupendo reportaje de 163 páginas. «Había una buena historia, una historia de película. Y sólo tuve que tirar del ovillo», comentó ayer Gurruchaga, que quiso agradecer a su editor, Juan Pedro Bator, que rescatara su manuscrito «del baúl de los borradores olvidados

0 comentarios:

 
Copyright © 2011 A.D.C. PIPOLS.. Designed by Wpdesigner, blogger templates by Blog and Web