REPORTAJE

Desde la grada: Guerra absurda
• La selección española de fútbol, además de la crisis deportiva que padece, está inmersa en una guerra política con una difícil salida.

La selección española de fútbol, además de la crisis deportiva que padece, está inmersa en una guerra política con una difícil salida. Los dos grandes partidos políticos, el PP y el PSOE, lo tienen claro: sólo hay una selección, la española, que puede competir con las de otros países, y las selecciones autonómicas o regionales sólo pueden participar en partidos amistosos.La obsesión de la Federación Catalana de Fútbol, en colaboración con el Barcelona y el Espanyol, por disputar un partido amistoso contra Estados Unidos el 13 de octubre, fecha en la que la selección española se juega contra Dinamarca buena parte de sus opciones para estar en la Eurocopa 2008, ha elevado el tono del conflicto a límites hasta hace poco impensables. El temor de los dirigentes de la Federación Española de Fútbol es que algunos clubes puedan presionar a sus jugadores para que no acudan a jugar con las selecciones de sus respectivos países.El debate viene de antiguo. Las federaciones de los países más destacados futbolísticamente organizan demasiados partidos, en muchos casos sólo confines económicos, a veces con desplazamientos muy largos, lo que afecta al rendimiento de los jugadores. Peor aún es cuando sufren lesiones de las que tardan en recuperarse largo tiempo, y además resultan perjudicados a nivel deportivo y económico los clubes que les pagan. Aprovechando esta coyuntura, grupos políticos nacionalistas, arropados por determinados presidentes de clubes, han iniciado una absurda guerra con escasas posibilidades de éxito, pues aunque por ahora está teniendo un cierto calado entre determinados sectores sociales, el eco es nulo entre los futbolistas. Hasta el presente, nunca un futbolista convocado por Luis Aragonés se ha negado a jugar con España, pero habrá que estar atento a las próximas convocatorias.