La póliza y el milagro
Hace ahora justo cincuenta años el insigne director cinematográfico Luis García Berlanga, escribió y dirigió la imaginaria historia de un pequeño pueblo, de nombre Fuentecilla, cuyo alcalde urdió una trama, en connivencia con las fuerzas vivas de la ciudad, para atraer a visitantes de otras latitudes a aquel villorio abandonado por el turismo y por la mano de Dios. Si no les cuento más es con el fin de no hacer estéril mi recomendación de que rescaten del arcón de los deuvedés una de las obras maestras del genial Berlanga y otra interpretación soberbia del admirado Pepe Isbert. Aquella película responde al nombre de "Los jueves, milagro".Ignoro si Angel Torres habrá visto la mencionada película, pero estoy seguro de que
Bernardo Schuster no. Y es el caso que entrambos consiguieron engañar al pueblo de Getafe, si no con la promesa de una beatífica aparición, sí con la de un suceso extraordinario, inexplicable y maravilloso de esos que las gentes creyentes atribuyen a intervención divina, pero que permite a los de fe terrenal cubrir una póliza por valor de tres millones de euros con la que el presidente del Getafe va a premiar a sus jugadores. Merecido premio, por otra parte, para el soberbio partido que jugaron.También el Barcelona puso algo de su parte. La indolencia y apatía mostrada por sus jugadores sobre el terreno de juego serviría para soliviantar al aficionado más moderado, que ve impotente cómo el equipo difícilmente va a poder salir del purgatorio. Lo peor no es ir perdiendo todas la finales, sino tener que soportar tanta estulticia y tanta desidia, que son hijas de los caprichos que Laporta permitió a sus estrellas. Es lo malo que tiene la gloria, que un día te atropella y pasas de mirarte en el espejo a verte en los charcos.
Hace ahora justo cincuenta años el insigne director cinematográfico Luis García Berlanga, escribió y dirigió la imaginaria historia de un pequeño pueblo, de nombre Fuentecilla, cuyo alcalde urdió una trama, en connivencia con las fuerzas vivas de la ciudad, para atraer a visitantes de otras latitudes a aquel villorio abandonado por el turismo y por la mano de Dios. Si no les cuento más es con el fin de no hacer estéril mi recomendación de que rescaten del arcón de los deuvedés una de las obras maestras del genial Berlanga y otra interpretación soberbia del admirado Pepe Isbert. Aquella película responde al nombre de "Los jueves, milagro".Ignoro si Angel Torres habrá visto la mencionada película, pero estoy seguro de que
Bernardo Schuster no. Y es el caso que entrambos consiguieron engañar al pueblo de Getafe, si no con la promesa de una beatífica aparición, sí con la de un suceso extraordinario, inexplicable y maravilloso de esos que las gentes creyentes atribuyen a intervención divina, pero que permite a los de fe terrenal cubrir una póliza por valor de tres millones de euros con la que el presidente del Getafe va a premiar a sus jugadores. Merecido premio, por otra parte, para el soberbio partido que jugaron.También el Barcelona puso algo de su parte. La indolencia y apatía mostrada por sus jugadores sobre el terreno de juego serviría para soliviantar al aficionado más moderado, que ve impotente cómo el equipo difícilmente va a poder salir del purgatorio. Lo peor no es ir perdiendo todas la finales, sino tener que soportar tanta estulticia y tanta desidia, que son hijas de los caprichos que Laporta permitió a sus estrellas. Es lo malo que tiene la gloria, que un día te atropella y pasas de mirarte en el espejo a verte en los charcos.
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