Los petrodólares rusos han pasado a la historia. Después de observar como la irrupción de Roman Abramovich en el Chelsea supuso un notable cambio en la forma de afrontar el mercado de fichajes, y de poco servía la historia de un club cuando por medio estaba el talonario, el ruso ha quedado en un segundo plano.
Y el sitio de privilegio que ocupa el gestor del cuadro londinense lo ocupan ahora los jeques, los cuales han desembarcado en el mundo del fútbol con los bolsillos llenos y dispuestos a convertir a sus respectivos equipos en auténticas amalgamas de estrellas de talla internacional.
El precursor fue el Manchester City, que con la llegada de Sheikh Mansour ha ido amontando estrellas desde 2008. El primero en llegar fue Robinho desde el Real Madrid a cambio de 42 M€, tras el cual fueron llegando otros como Emmanuel Adebayor (28 M€), Yayá Touré (32 M€), Carlos Tévez, Mario Balotelli (28 M€) o David Silva (33 M€), lo cual da muestra del enorme dispendio realizado.
Este año el protagonismo lo han copado Málaga en España y Paris Saint Germain. Así, el conjunto andaluz ya puede presumir de los flamantes fichajes de Diego Buonanotte, Van Nistelrooy, Monreal, Mathijsen, Jérémy Toulalan, Sergio Sánchez, Joaquín, Isco y Santi Cazorla, por lo que Abdullah Al-Thani no ha dudado en gastar 60 M€, colocando la clasificación para Liga de Campeones entre sus objetivos.
En una situación se encuentra el PSG galo, que con la clara intención de reverdecer viejos laureles no ha dudado en lanzarse al mercado. La culpa la tiene el también catarí Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani, que de la mano de la empresa Qatar Sports Investments controla el 70% del conjunto francés y que además de cerrar las contrataciones de figuras del nivel de Kevin Gameiro (15 M€), Milan Bisevac (3,5 M€), Blaise Matuidi (10 M€), Jérémy Ménez (8 M€) o Momo Sissoko (7 M€) está dispuesto a desembolsar 45 M€ por el argentino Javier Pastore. ¿Seguirá esta tendencia en los próximos años?
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