PABLO COIRA LOJO
El 18 de octubre de 1979 nacía en Vilagarcía de Arousa, tierra de centollos, Pablo Coira Lojo, un vigoroso lateral diestro que se formó en las inferiores de la SD Compostela, en cuyo primer equipo también llegó a jugar antes de que con tan sólo 20 años fuese fichado por el Celta de Vigo para cubrir el hueco que había dejado en su posición el traspaso de Michel Salgado al Real Madrid. Su primera temporada en la ciudad olívica perdió su particular duelo por la titularidad con Juan Velasco y sólamente participó en 7 partidos de liga. Aún así, nadie cuestionaba su cartel como uno de los grandes valores de futuro del fútbol español. De hecho, Coira fue uno de los artífices del triunfo de la selección Sub-20 que se alzó con el título mundial de la categoría en 2000 en Nigeria, en cuyo plantel se juntaron hoy consagrados como Casillas, Xavi o Marchena con otros de trayectoria menos afortunada como Jusué, Bermudo, Alex Lombardero o Pablo Couñago.
En las temporadas 00/01 y 01/02 el defensa gallego fue ganando peso en el Celta, jugando cada vez más y mejor. Sin embargo en la 02/03 su protagonismo se esfumó. Eso sí, su equipo llegó alcanzar una plaza para la Champions. Alegre en el ámbito colectivo por ser partícipe de semejante éxito para el club, pero abatido en lo individual por la cada vez más notoria falta de oportunidades, Coira decidió poner fin a su etapa celeste y vincularse con el Deportivo... Alavés, entonces recién descendido a Segunda. En Vitoria sí que logró cierta continuidad, pero sin ser aquel prodigio que muchos aventuraban cuando era juvenil.
Las desavenencias que mantuvo con el presidente-entrenador-showman Dimitri Piterman le hicieron abandonar el club en verano de 2004. Libre y sin ofertas, se entrenó por su cuenta para no perder el tono físico. A finales de noviembre el Recreativo de Huelva requirió sus servicios en forma de cesión hasta final de temporada, pero a la vista de los números cosechados en Huelva casi le hubiera merecido la pena quedarse en su casa, porque su participación se redujo a 3 míseros partidos. Desesperado por ver cómo sus sueños de juventud se iban diluían año tras año, inexplicablemente volvió a Vitoria para firmar un extraño contrato que sólo le daba opción de jugar en caso de que se diese alguna baja federativa. Evidentemente se pasó media temporada en blanco; la otra media lo encontró en la liga griega jugando en el Aris de Salónica, donde rindió a un nivel aceptable.La experiencia en el extranjero lo llevó a pensarse diversas propuestas, entre las que se encontraban las del Genk belga y del Colorado Rapids estadounidense, pero ninguna de ellas terminó por convencerle. Una vez más se encontró sin equipo y mientras se entrenaba con el Arousa de la Tercera gallega intentó persuadir a los técnicos del Celta para que le hiciesen acomodo en la plantilla y llegó incluso a abandonar el país un par de veces para realizar, sin éxito, pruebas en algún equipo inglés de segunda fila como el Bradford o el Ipswich Town. Finalmente fue el Castelldefels el equipo que contrató a Coira en la 07/08 y con el que no logró siquiera la permanencia en Tercera. El verano pasado fue noticia cuando firmó a punto de cumplir 29 añazos un contrato por una temporada con el Espanyol B en la que fue una nueva demostración de su capacidad para firmar contratos extraños que no le llevan a ningún sitio de provecho para su carrera deportiva.
En las temporadas 00/01 y 01/02 el defensa gallego fue ganando peso en el Celta, jugando cada vez más y mejor. Sin embargo en la 02/03 su protagonismo se esfumó. Eso sí, su equipo llegó alcanzar una plaza para la Champions. Alegre en el ámbito colectivo por ser partícipe de semejante éxito para el club, pero abatido en lo individual por la cada vez más notoria falta de oportunidades, Coira decidió poner fin a su etapa celeste y vincularse con el Deportivo... Alavés, entonces recién descendido a Segunda. En Vitoria sí que logró cierta continuidad, pero sin ser aquel prodigio que muchos aventuraban cuando era juvenil.
Las desavenencias que mantuvo con el presidente-entrenador-showman Dimitri Piterman le hicieron abandonar el club en verano de 2004. Libre y sin ofertas, se entrenó por su cuenta para no perder el tono físico. A finales de noviembre el Recreativo de Huelva requirió sus servicios en forma de cesión hasta final de temporada, pero a la vista de los números cosechados en Huelva casi le hubiera merecido la pena quedarse en su casa, porque su participación se redujo a 3 míseros partidos. Desesperado por ver cómo sus sueños de juventud se iban diluían año tras año, inexplicablemente volvió a Vitoria para firmar un extraño contrato que sólo le daba opción de jugar en caso de que se diese alguna baja federativa. Evidentemente se pasó media temporada en blanco; la otra media lo encontró en la liga griega jugando en el Aris de Salónica, donde rindió a un nivel aceptable.La experiencia en el extranjero lo llevó a pensarse diversas propuestas, entre las que se encontraban las del Genk belga y del Colorado Rapids estadounidense, pero ninguna de ellas terminó por convencerle. Una vez más se encontró sin equipo y mientras se entrenaba con el Arousa de la Tercera gallega intentó persuadir a los técnicos del Celta para que le hiciesen acomodo en la plantilla y llegó incluso a abandonar el país un par de veces para realizar, sin éxito, pruebas en algún equipo inglés de segunda fila como el Bradford o el Ipswich Town. Finalmente fue el Castelldefels el equipo que contrató a Coira en la 07/08 y con el que no logró siquiera la permanencia en Tercera. El verano pasado fue noticia cuando firmó a punto de cumplir 29 añazos un contrato por una temporada con el Espanyol B en la que fue una nueva demostración de su capacidad para firmar contratos extraños que no le llevan a ningún sitio de provecho para su carrera deportiva.
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