El año se fue y es hora de balances. Tras los 365 días que dejamos atrás, también despedimos a nuestros logros y a nuestras frustraciones, que seguramente serán los desafíos para el nuevo año. Pero en lo estrictamente deportivo, que para eso me pagan, creí conveniente mencionar a los futbolistas que “colgaron los botines” este año y que mucho nos dieron.
El brasileño Romario es uno de los “jubilados” más destacados. Campeón del mundo de 1994 y estrella en varios clubes como el Barcelona, el Flamengo y el Vasco da Gama, además de la verde amarela de Brasil, puso fin a su carrera a los 42 años de edad.
Otro “monstruo” que dejó el fútbol fue el arquero alemán Oliver Kahn, que se despidió cuidando los tres palos del Bayer Munich el 17 de mayo, cuando el Bayern, goleó al Hertha de Berlín 4 a 1.
Marcelo Salas, el “Matador”, también decidió dejar la actividad deportiva definitivamente. Goleador implacable en River Plate (48 tantos) y con la Selección de su país (37), el chileno cumplió el sueño de despedirse con la camiseta del club que lo vio nacer, la Universidad de Chile.
El fútbol portugués tuvo que despedir a dos de su máximas figuras. Ruí Costa y Pauleta. El primero, cerebro de la “generación dorada” de Portugal y que junto con Vitor Baia y Luis Figo se consagró campeón del mundo en juveniles. En tanto Pauleta, fue un auténtico goleador de raza con 47 goles en 88 partidos internacionales. El delantero ostenta el récord de máximo goleador de su país, tras batir el establecido por el Eusebio.
En Francia, le dijeron adiós a otro campeón del mundo, Lilian Thuram. Vistió en 142 ocasiones la camiseta de su país, además de ser figura indiscutible en Barcelona y la Juventus, entre otros.
Párrafo final para otro arquero que también se despidió este año, Santiago Cañizares. Uno de mis preferidos, por personalidad y actitud. Histórico guardameta del Valencia y Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de 1992 con el seleccionado Español, se retiró a los 39 años, siendo figura en su equipo