VENDIDO POR FALTA DE LIQUIDEZ...
Lo peor que le puede suceder a un club grande es tener que vender su principal patrimonio, los futbolistas, para poder mantener abierto el chiringuito. Así aconteció con Clarence Seedorf el día de Navidad de 1999, cuando Juan Onieva anunció que al diamante holandés, de 23 años, lo traspasaban al Inter por 3.800 millones de las antiguas pesetas. Lo triste es que Seedorf tuvo que coger entre lágrimas las maletas por la falta de liquidez del club para pagar la nómina de la plantilla, cuyo 50% debía desembolsarse en enero. De nada sirvieron sus 157 partidos y 21 goles (uno histórico a Molina en un derbi Madrid-Atleti) con la zamarra blanca...Parecía un buen negocio, pero con el tiempo se ha visto que resultó una operación ruinosa, deportivamente hablando. Por el mismo dinero que el Madrid invirtió en fichar a Woodgate (23 millones de euros), Seedorf creció como jugador en Italia, con la camiseta del Milán ya ha jugado dos finales de la Champions y el día 23 será titular en la tercera, ante el Liverpool en Atenas. El delito (deportivo, insisto) no es que pueda ganar dos Copas de Europa tras su marcha. Lo que duele es que en Old Trafford y San Siro sentó cátedra ante el Manchester de Cristiano Ronaldo. Porca miseria...
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