El Madrid lo va a ganar todo
Llega anoche el amigo Villarejo a la radio y, eufórico, suelta en los micrófonos que la Liga depende del resultado del Atlético de Madrid-Barca porque el Madrid va a ganar todos los partidos que quedan, y si el Barça pierde en el Calderón el Madrid será campeón. El más significativo síntoma de la euforia es perder el sentido de la realidad. Y eso es lo que está sucediendo en estos momentos en un cierto sector del madridismo, harto ya de vivir amargado durante toda la temporada.No me gusta jugar a pitoniso, especialmente porque soy un desastre cuando pronostico, y no me atrevo a negar que lo que apunta mi entrañable compañero (un enamorado del fútbol y un gran tipo) pueda llegar a ocurrir, pero el desapasionamiento con el que vivo las cosas del fútbol me lleva a verlas con más amplia perspectiva. Y así doy en recordar que el Barcelona cayó ayer en Villarreal, que el Madrid lo hizo la semana pasada en Santander, y que el Sevilla había perdido esa misma semana en Valencia después de haber empatado en casa, la anterior, ante el Racing de Santander. ¿Qué nos debe de hacer pensar, pues, que, con esos precedentes, los grandes van a ganar todo lo que queda de aquí al final?La verdad es que yo prefiero seguir disfrutando de los avatares jornada a jornada, ya que me da igual quien gane, aunque me alegraría mucho que lo hiciese el Sevilla, en quien nunca acabé de confiar pero que, vivo aún en las tres competiciones, es quien más méritos acumula. Pero uno mira la clasificación y no se atreve a descartar al Zaragoza ni al Valencia, que están a cuatro puntos del Madrid. Todo lo demás son conjeturas, porque lo único definitivo de la competición es que el Real Valladolid es nuevo equipo de Primera. Y eso sí que me llena de satisfacción y de orgullo.
Llega anoche el amigo Villarejo a la radio y, eufórico, suelta en los micrófonos que la Liga depende del resultado del Atlético de Madrid-Barca porque el Madrid va a ganar todos los partidos que quedan, y si el Barça pierde en el Calderón el Madrid será campeón. El más significativo síntoma de la euforia es perder el sentido de la realidad. Y eso es lo que está sucediendo en estos momentos en un cierto sector del madridismo, harto ya de vivir amargado durante toda la temporada.No me gusta jugar a pitoniso, especialmente porque soy un desastre cuando pronostico, y no me atrevo a negar que lo que apunta mi entrañable compañero (un enamorado del fútbol y un gran tipo) pueda llegar a ocurrir, pero el desapasionamiento con el que vivo las cosas del fútbol me lleva a verlas con más amplia perspectiva. Y así doy en recordar que el Barcelona cayó ayer en Villarreal, que el Madrid lo hizo la semana pasada en Santander, y que el Sevilla había perdido esa misma semana en Valencia después de haber empatado en casa, la anterior, ante el Racing de Santander. ¿Qué nos debe de hacer pensar, pues, que, con esos precedentes, los grandes van a ganar todo lo que queda de aquí al final?La verdad es que yo prefiero seguir disfrutando de los avatares jornada a jornada, ya que me da igual quien gane, aunque me alegraría mucho que lo hiciese el Sevilla, en quien nunca acabé de confiar pero que, vivo aún en las tres competiciones, es quien más méritos acumula. Pero uno mira la clasificación y no se atreve a descartar al Zaragoza ni al Valencia, que están a cuatro puntos del Madrid. Todo lo demás son conjeturas, porque lo único definitivo de la competición es que el Real Valladolid es nuevo equipo de Primera. Y eso sí que me llena de satisfacción y de orgullo.
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