En su vientre, que fue construido para unir por carretera Italia y Suiza, un centenar de vehículos quedaron atrapados por las llamas tras el accidente. A causa del impacto, parte del techo se derrumbó sepultando a una docena de coches. Unos 18.000 vehículos usaban diariamente esta vía. Las autoridades suizas, a la espera de que las llamas y el humo les permitieran introducir equipos de rescate, daban por desaparecidas a 128 personas. La crueldad y magnitud de la catástrofe ha dejado impresionado A Moritz Leuenberger, el presidente suizo, que visitó el lugar y que, al acabar, sentenció: "Vengo del infierno, era una visión espantosa".
jueves, 15 de marzo de 2007
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