lunes, 22 de junio de 2009


Hay Mundial. Jenson Button es el claro favorito, pero Silverstone le vio hincar la rodilla y acabar fuera del podio por primera vez en lo que va de año. Terminó sexto. Y Vettel ganó con autoridad la primera carrera en seco de su vida. A los mandos de un avión de color azul marino planeó sobre el antiguo aeródromo del ejército británico hasta firmar también su primer hat trick (pole, victoria y vuelta rápida). Tuvo tiempo para pasarse los últimos cinco kilómetros de la carrera saludando al público, y entró en la meta como mandan los cánones.

En el ciclismo hay que estirarse el maillot para que se vean los patrocinadores. En la F-1 hay que cruzar la meta despacito y pegado al muro para saludar a tu equipo. Al jovencísimo germano, que el 3 de julio cumplirá 22 años, se le ocurrió hacer los últimos metros subiendo y bajando los brazos en un gesto de reverencia hacia su tropa. Y así lo repitió encima de su monoplaza, antes de quitarse el casco y enseñar al mundo su sonrisa infinita. La del chico que vendía piezas de sus karts para poder pagarse la inscripción del siguiente campeonato y ahora mira la vida desde lo más alto. Sabe lo que cuesta llegar a la elite y no para de disfrutarlo.

Sebastian le ha recortado siete puntos a Button y ahora está a 25 con 90 puntos en juego. La lógica dice que es muy difícil que pueda recuperarle el 27% de lo que queda por disputarse, pero un abandono, sólo uno (algo que aún no ha vivido este año el inglés) ante una nueva victoria de Vettel, serviría para meterle el miedo en el cuerpo. Webber secundó el doblete de Red Bull, después de verse frenado toda la primera parte de carrera por un Barrichello al que terminó pasando en boxes.

Al australiano le pasó como al resto de la parrilla, que fue incapaz de adelantarle pese a que era sensiblemente más rápido. Efectivamente, las nuevas normas para promover los adelantamientos han sido un éxito: no hubo ninguna pasada entre los diez primeros clasificados y la carrera se convirtió en una procesión de turbulencias a golpe de difusores dobles.

Lo mejor para el espectador fue el duelo entre Alonso y Hamilton por la 16ª plaza. Fernando, que terminó la carrera 14º, intentaba pasar a Sutil, y fue largo en Brooklands. Lewis se aprovechó y le pasó a final de recta para éxtasis general, pero el asturiano se lo devolvió poco después. Fue un triste eco del pasado. También fue destacable el adelantamiento de Fisichella al propio Fernando y a Heidfeld en la segunda vuelta. Y poco más. Eso sí, sentados en el monoplaza número siete vivimos la impotencia de la estrella de Renault al tener un coche con el que era imposible pasar al BMW. Alonso salió mal y perdió dos plazas, dice que por un problema con el embrague, que a veces falla. Pero también por la absurda decisión del equipo de salir con neumáticos duros por los blandos de los coches que le rodeaban. El ovetense lo advirtió en la vuelta de reconocimiento, pero no le hicieron caso.

Y después, la táctica de salir con gasolina para la vuelta 19 (cuando podría haber cargado a tope para ser décimo) fue un desastre. Piquet terminó duodécimo delante suyo. Iba a una parada. Y Massa, que salía undécimo y con cinco vueltas más de gasolina, terminó cuarto. Es el peor resultado de Alonso desde Gran Bretaña 2001, 16º con Minardi. En Nurburgring tendrá mejoras y desde este punto sólo puede ir hacia delante.

0 comentarios:

 
Copyright © 2011 A.D.C. PIPOLS.. Designed by Wpdesigner, blogger templates by Blog and Web