La musa de San Fermín
• En un balcón en Estafeta y con mucho kalimotxo en su cuerpo serrano, esta chica demostró que no todo son toros en San Fermín. No en vano Pamplona se convierte en la capital mundial del desfase por una semana
• En un balcón en Estafeta y con mucho kalimotxo en su cuerpo serrano, esta chica demostró que no todo son toros en San Fermín. No en vano Pamplona se convierte en la capital mundial del desfase por una semana
San Fermín no sería lo que es sin esos turistas estadounidenses que, a veces llamados por la literatura de Ernest Hemingway, y casi siempre al olor del vino y los toros, se acercan a Pamplona para sumarse a la fiesta con su peculiar estilo. Este año, un grupo liderado por la guapa Jane Pierre, de 28 años, se empeñó desde el mismo día del chupinazo en competir con los encierros por ver quién era capaz de atraer más miradas. Esta rubia tremenda y desinhibida se asomó al balcón de su hostal en la calle Estafeta, por donde los toros suelen 
perseguir a los mozo
s a toda velocidad, con sus amigos Sean O’Halloran, de 27 años; John Thomas, de 30, y Michael Michelsen, de 28, ávidos todos ellos por sumarse a la espectacular juerga que contemplaban en la calle. El grupo de amigos, que se había armado con pistolas de agua para combatir el calor, pronto se inclinó por otros líquidos. Los jóvenes empezaron compartiendo unas latas de cerveza, pero enseguida pasaron a probar ese cóctel para ellos de nombre impronunciable que es el kalimotxo. Y cuando la cosa ya estaba animada, en vez de salir a la calle para mezclarse con la gente, Jane decidió regalar a todos un improvisado estriptis desde el balcón. Empezó por quitarse el sujetador y enarbolarlo como si fuese una bandera, pero no tardó en quedarse sólo con una blusa blanca tan abierta como ella a las caricias y besos de sus amigos. Escenas, por supuesto, provocadas por el descomunal consumo de alcohol que se da en Pamplona durante sus fiestas. No en vano, sólo en los cuatro primeros días la Agencia Navarra de Emergencias tuvo que atender 103 intoxicaciones etílicas y 11 intoxicaciones por drogas. Y es que el alcohol da durante los Sanfermines muchas más cornadas que los toros.
perseguir a los mozo
s a toda velocidad, con sus amigos Sean O’Halloran, de 27 años; John Thomas, de 30, y Michael Michelsen, de 28, ávidos todos ellos por sumarse a la espectacular juerga que contemplaban en la calle. El grupo de amigos, que se había armado con pistolas de agua para combatir el calor, pronto se inclinó por otros líquidos. Los jóvenes empezaron compartiendo unas latas de cerveza, pero enseguida pasaron a probar ese cóctel para ellos de nombre impronunciable que es el kalimotxo. Y cuando la cosa ya estaba animada, en vez de salir a la calle para mezclarse con la gente, Jane decidió regalar a todos un improvisado estriptis desde el balcón. Empezó por quitarse el sujetador y enarbolarlo como si fuese una bandera, pero no tardó en quedarse sólo con una blusa blanca tan abierta como ella a las caricias y besos de sus amigos. Escenas, por supuesto, provocadas por el descomunal consumo de alcohol que se da en Pamplona durante sus fiestas. No en vano, sólo en los cuatro primeros días la Agencia Navarra de Emergencias tuvo que atender 103 intoxicaciones etílicas y 11 intoxicaciones por drogas. Y es que el alcohol da durante los Sanfermines muchas más cornadas que los toros.
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