Sevilla gana su tercer título en la temporada
Sevilla ganó el sábado su cuarta Copa del Rey de fútbol al derrotar 1-0 al Getafe, en la final disputada en el estadio Santiago Bernabéu y obtuvo así su tercer título de la temporada, tras la Supercopa de Europa y la Copa UEFA.
La final tuvo un primer tiempo de fútbol y un segundo tiempo de tensiones, que terminaron con la expulsión del maliense Frederic Kanouté, autor del único gol del partido. Kanouté abrió el marcador en el minuto 11, tras una escapada personal que lo dejó sólo frente al guardameta Luis García.
El primer tiempo empezó con la emoción del lado del Getafe, que en el minuto 8 puso el miedo en el cuerpo de unos 65.000 sevillistas presentes en el estadio Bernabéu, cuando el delantero Güiza se quedó sólo ante el guardameta Andrés Palop, que muy bien frustró su intención de marcar el primer gol.
Pero tres minutos después llegó el primer gol del partido, cuando Freddy Kanouté, que quedó sólo gracias a un error del defensa Pulido del Getafe, marcó sin piedad tras superar a Luis García, suplente del guardameta argentino 'Pato' Abbondanzieri.
El gol enfrió un poco al Getafe, pero al final del primer periodo se recuperó anímicamente, empezó a jugar como sabe --con toques y llegadas al área a través de diagonales de Mario Cotelo, aprovechando la velocidad de Güiza-- y recuperó el balón, poniendo al Sevilla a rastras.
Dos penales no otorgados por Rodríguez Santiago enfurecieron al Getafe que recibió dos tarjetas por las inútiles protestas al final de ese tiempo .
En el segundo apareció la brusquedad, el juego fuerte y desapareció el buen fútbol en los dos tercios iniciales. En las postrimerías del partido, Getafe volvió a desplegar su juego y a intentar llegar al área, aunque ninguno de los dos equipos llevaba peligro al área contraria.
Al Getafe le costaba mucho llegar con peligro porque el Sevilla siguió defendiendo impecablemente, con un Kanouté dominando desde el centro del campo en adelante, convirtiéndose en el mejor jugador del partido, hasta que fue expulsado un minuto antes de finalizar el tiempo reglamentario.
Sin embargo, Getafe no bajó la guardia en ningún momento y no renunció al buen juego que desplegó en toda la temporada.
Sevilla ganó el sábado su cuarta Copa del Rey de fútbol al derrotar 1-0 al Getafe, en la final disputada en el estadio Santiago Bernabéu y obtuvo así su tercer título de la temporada, tras la Supercopa de Europa y la Copa UEFA.
La final tuvo un primer tiempo de fútbol y un segundo tiempo de tensiones, que terminaron con la expulsión del maliense Frederic Kanouté, autor del único gol del partido. Kanouté abrió el marcador en el minuto 11, tras una escapada personal que lo dejó sólo frente al guardameta Luis García.
El primer tiempo empezó con la emoción del lado del Getafe, que en el minuto 8 puso el miedo en el cuerpo de unos 65.000 sevillistas presentes en el estadio Bernabéu, cuando el delantero Güiza se quedó sólo ante el guardameta Andrés Palop, que muy bien frustró su intención de marcar el primer gol.
Pero tres minutos después llegó el primer gol del partido, cuando Freddy Kanouté, que quedó sólo gracias a un error del defensa Pulido del Getafe, marcó sin piedad tras superar a Luis García, suplente del guardameta argentino 'Pato' Abbondanzieri.
El gol enfrió un poco al Getafe, pero al final del primer periodo se recuperó anímicamente, empezó a jugar como sabe --con toques y llegadas al área a través de diagonales de Mario Cotelo, aprovechando la velocidad de Güiza-- y recuperó el balón, poniendo al Sevilla a rastras.
Dos penales no otorgados por Rodríguez Santiago enfurecieron al Getafe que recibió dos tarjetas por las inútiles protestas al final de ese tiempo .
En el segundo apareció la brusquedad, el juego fuerte y desapareció el buen fútbol en los dos tercios iniciales. En las postrimerías del partido, Getafe volvió a desplegar su juego y a intentar llegar al área, aunque ninguno de los dos equipos llevaba peligro al área contraria.
Al Getafe le costaba mucho llegar con peligro porque el Sevilla siguió defendiendo impecablemente, con un Kanouté dominando desde el centro del campo en adelante, convirtiéndose en el mejor jugador del partido, hasta que fue expulsado un minuto antes de finalizar el tiempo reglamentario.
Sin embargo, Getafe no bajó la guardia en ningún momento y no renunció al buen juego que desplegó en toda la temporada.
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