Curiosidades con un árbitro como protagonista
La cosa va de árbitros. Esa figura tan maltratada en el mundo del fútbol, machacada por afición, prensa, entrenadores, jugadores… y sin embargo una pieza imprescindible para que esta práctica se pueda llevar a cabo. El otro día os comentábamos como el árbitro que ponía orden en el PSV-Ajax, hacía un gesto de celebración cuando el Ajax lograba el quinto gol. No se podrá saber si ese gesto fue celebrando el gol, o como el justificaba, por haber aplicado bien la ley de la ventaja. Lo cierto es que cuanto menos es muy sospechoso.
Hoy nos vamos a hacer eco de dos curiosas noticias relacionadas con colegiados, de partidos de fútbol regional, publicadas en la prensa.
La primera tiene narices. Hace aproximadamente un mes, en un partido en Granada de Regional Preferente entre el Maracena B y el Sierra Nevada, el árbitro utilizó su tarjeta roja contra alguien. Lo curioso del caso es que fue contra ¡su propio juez de línea!
Al parecer, durante toda la primera parte tuvieron varias discusiones, la primera por un posible gol fantasma. Los continuos desacuerdos entre ambos, provocaron que al final del primer tiempo, el asistente abandonara el terreno de juego insultando al colegiado. La decisión de este fue expulsar a su ayudante mientras estaban en vestuarios, y salir a pitar en la segunda parte con un sólo juez de línea.
La segunda historia es incluso más curiosa, y aunque tiene su gracia, seguro que a nadie le gustaría estar en la piel del árbitro.
Hace tres meses, en un partido en Huelva de Primera Regional, el equipo local, La Redondela, tenía que abonar los 100 euros de sueldo al colegiado. Como protesta por los malos arbitrajes que están recibiendo en lo que va de campaña, decidieron pagarle con ¡10.000 monedas de un céntimo!
Una semana estuvieron todos los directivos del club, cambiando billetes por monedas de un céntimo, hasta conseguir las 10.000 necesarias. El colegiado en un principio iba a cogerlas, pero finalmente las rechazó y se fue poniéndolo en el acta. Desde luego, es la forma más curiosa que he oído de protestar a un árbitro, y aunque sea un fastidio para él, al menos es inofensivo…
La cosa va de árbitros. Esa figura tan maltratada en el mundo del fútbol, machacada por afición, prensa, entrenadores, jugadores… y sin embargo una pieza imprescindible para que esta práctica se pueda llevar a cabo. El otro día os comentábamos como el árbitro que ponía orden en el PSV-Ajax, hacía un gesto de celebración cuando el Ajax lograba el quinto gol. No se podrá saber si ese gesto fue celebrando el gol, o como el justificaba, por haber aplicado bien la ley de la ventaja. Lo cierto es que cuanto menos es muy sospechoso.
Hoy nos vamos a hacer eco de dos curiosas noticias relacionadas con colegiados, de partidos de fútbol regional, publicadas en la prensa.
La primera tiene narices. Hace aproximadamente un mes, en un partido en Granada de Regional Preferente entre el Maracena B y el Sierra Nevada, el árbitro utilizó su tarjeta roja contra alguien. Lo curioso del caso es que fue contra ¡su propio juez de línea!
Al parecer, durante toda la primera parte tuvieron varias discusiones, la primera por un posible gol fantasma. Los continuos desacuerdos entre ambos, provocaron que al final del primer tiempo, el asistente abandonara el terreno de juego insultando al colegiado. La decisión de este fue expulsar a su ayudante mientras estaban en vestuarios, y salir a pitar en la segunda parte con un sólo juez de línea.
La segunda historia es incluso más curiosa, y aunque tiene su gracia, seguro que a nadie le gustaría estar en la piel del árbitro.
Hace tres meses, en un partido en Huelva de Primera Regional, el equipo local, La Redondela, tenía que abonar los 100 euros de sueldo al colegiado. Como protesta por los malos arbitrajes que están recibiendo en lo que va de campaña, decidieron pagarle con ¡10.000 monedas de un céntimo!
Una semana estuvieron todos los directivos del club, cambiando billetes por monedas de un céntimo, hasta conseguir las 10.000 necesarias. El colegiado en un principio iba a cogerlas, pero finalmente las rechazó y se fue poniéndolo en el acta. Desde luego, es la forma más curiosa que he oído de protestar a un árbitro, y aunque sea un fastidio para él, al menos es inofensivo…
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