El once de los bellos
Por Anita Brankovic
Ahora que la Liga entra en fase terminal, cuando lo trabajado rinde recompensa, llegan los exámenes de conciencia y las notas, el recuerdo de lo malo y de lo bueno, la elaboración de onces ideales y la elección de los presidentes más capaces, los estrategas más brillantes y las escuadras más completas.Llegados a este punto, y puestos a seleccionar, quisiera también incluir dentro de estas numerosas listas de final de temporada al equipo con
los once futbolistas más atractivos de Primera División. Yo tengo mi nómina, mi equipo, pero a buen seguro que habrá muchas más aficionadas que tengan el suyo. Es mi opinión, son mis gustos, y no es fácil elegir, que hay variedad, calidad y cantidad.
Los porteros, por aquello de que son elementos especiales dentro de un equipo, porque visten de manera diferente y actúan de forma independiente, suelen ser tipos con una historia detrás, con personalidades complejas, atractivos, en fin. Y aunque la elección resulta complicada (dejar fuera a Casillas resulta casi imperdonable) en este puesto me quedo con Dudu Aouate, el portero del Deportivo, un chico con aire de conquistador español del siglo XVI; se lo imagina una saltando del barco en una playa remota, espada en mano, melena al viento, desaliñado tras el largo viaje.
En la defensa, por la derecha, colocaría a Miguel Torres, alguien que, tras su rostro limpio y moreno, tras la tierna sonrisa, esconde alma de ciclista, un espíritu valiente, generoso, negado con la derrota. En el centro, Aitor Ocio y Fabio Cannavaro, un torbellino vasco, un corpachón inabarcable junto al azul mediterráneo de los ojos del napolitano. A la izquierda, Puerta; el sevillano es un mosquetero, un pirata, un bandolero, un saltimbanqui, Errol Flyn redivivo.
Beckham siempre jugaría en mi centro del campo, aunque me gustaría saber cuando pondrá fin a su obsesión por los tatuajes, que si se llena el cuerpo de tinta igual me deja de gustar. Junto al inglés, Márquez y Tacchinardi. Hombres de verdad. El mexicano, porque cuando una sale a tomar tequila por locales canallas siempre quiere tener al más duro guardándole la espalda, y el italiano, porque no se me ocurre hombre más guapo con el que disfrutar de la noche en el Trastevere romano.
En la delantera, Morientes, que siempre ha sido guapo y, ahora, con la madurez marcándole los rasgos y los músculos, mucho más. Con él, chocolate y vainilla, Kanouté y Forlán, la suavidad mística del de Malí, una mariposa con cuerpo de titán, y la picardía surfera del uruguayo, el tipo perfecto para marcharse a las playas de Tarifa de vacaciones.
Girls, aquí esta vuestro once. Y, si os parece, como entrenador, nos quedamos con Frank Rijkaard y su aire pacífico y tranquilo de hombre que tiene mucho más de lo que enseña.
Por Anita Brankovic
Ahora que la Liga entra en fase terminal, cuando lo trabajado rinde recompensa, llegan los exámenes de conciencia y las notas, el recuerdo de lo malo y de lo bueno, la elaboración de onces ideales y la elección de los presidentes más capaces, los estrategas más brillantes y las escuadras más completas.Llegados a este punto, y puestos a seleccionar, quisiera también incluir dentro de estas numerosas listas de final de temporada al equipo con
los once futbolistas más atractivos de Primera División. Yo tengo mi nómina, mi equipo, pero a buen seguro que habrá muchas más aficionadas que tengan el suyo. Es mi opinión, son mis gustos, y no es fácil elegir, que hay variedad, calidad y cantidad.Los porteros, por aquello de que son elementos especiales dentro de un equipo, porque visten de manera diferente y actúan de forma independiente, suelen ser tipos con una historia detrás, con personalidades complejas, atractivos, en fin. Y aunque la elección resulta complicada (dejar fuera a Casillas resulta casi imperdonable) en este puesto me quedo con Dudu Aouate, el portero del Deportivo, un chico con aire de conquistador español del siglo XVI; se lo imagina una saltando del barco en una playa remota, espada en mano, melena al viento, desaliñado tras el largo viaje.
En la defensa, por la derecha, colocaría a Miguel Torres, alguien que, tras su rostro limpio y moreno, tras la tierna sonrisa, esconde alma de ciclista, un espíritu valiente, generoso, negado con la derrota. En el centro, Aitor Ocio y Fabio Cannavaro, un torbellino vasco, un corpachón inabarcable junto al azul mediterráneo de los ojos del napolitano. A la izquierda, Puerta; el sevillano es un mosquetero, un pirata, un bandolero, un saltimbanqui, Errol Flyn redivivo.
Beckham siempre jugaría en mi centro del campo, aunque me gustaría saber cuando pondrá fin a su obsesión por los tatuajes, que si se llena el cuerpo de tinta igual me deja de gustar. Junto al inglés, Márquez y Tacchinardi. Hombres de verdad. El mexicano, porque cuando una sale a tomar tequila por locales canallas siempre quiere tener al más duro guardándole la espalda, y el italiano, porque no se me ocurre hombre más guapo con el que disfrutar de la noche en el Trastevere romano.
En la delantera, Morientes, que siempre ha sido guapo y, ahora, con la madurez marcándole los rasgos y los músculos, mucho más. Con él, chocolate y vainilla, Kanouté y Forlán, la suavidad mística del de Malí, una mariposa con cuerpo de titán, y la picardía surfera del uruguayo, el tipo perfecto para marcharse a las playas de Tarifa de vacaciones.
Girls, aquí esta vuestro once. Y, si os parece, como entrenador, nos quedamos con Frank Rijkaard y su aire pacífico y tranquilo de hombre que tiene mucho más de lo que enseña.
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