jueves, 13 de septiembre de 2007
1 Consigue 24 cajas de condones y colócalas al azar en los carros de la gente cuando no miren
2 Programa todos los despertadores de la sección hogar para que suenen en intervalos de 5 minutos
3 Haz un rastro de zumo de tomate en el suelo camino de los servicios
4 Acércate a un empleado y dile en tono serio: "código 3 en hogar" y observa la reacción
5 Monta una tienda de campaña en el departamento de camping y diles al resto de los compradores que sólo les invitas si traen almohadas del departamento de camas
6 Cuando se te acerque una dependienta y te pregunte si te puede ayudar, empieza a llorar y pregunta: ¿por qué no me podéis dejar en paz?
7 Mira fijamente a la cámara de seguridad y utilízala de espejo mientras pescas en tu nariz
8 Mientras miras pistolas/cuchillos pregúntale a la dependienta si sabe dónde están los anti-depresivos
9 Anda por el supermercado de forma sospechosa mientras tarareas en alto la música de Misión Imposible
10 Escóndete en los percheros y cuando la gente este echando un vistazo grita "fóllame, fóllame"
11 Cuando haya un aviso por megafonía ponte en posición fetal mientras dices "otra vez las voces"
12 Métete en un probador y grita muy alto: ¡eh, no hay papel!
Historias demuertes de risa
En el siglo III adC el filósofo griego Crisipo murió de risa luego de darle de beber vino a su burro, y ver como la bestia intentaba alimentarse con unos higos.
Según algunas fuentes el rey de Burma Nandabayin, en 1599 «se rió hasta morir cuando un mercader italiano que estaba de visita en Burma, le explicó que Venecia era un estado libre que no tenía rey».
Se dice que en 1660, el aristócrata escocés Thomas Urquhart, primer traductor de Rabelais al inglés, murió de risa al enterarse que Carlos II de Inglaterra había ascendido al trono.
En 1782, la señorita Fitzherbert sufrió un ataque de risa mientras presenciaba la obra The Beggar’s Opera. Cuando Charles Bannister apareció en escena como Peachum, ella tuvo un ataque de risa incontrolable tan fuerte que la tuvieron que sacar del teatro. Continuó riéndose en forma continua durante toda la noche y falleció al día siguiente por la mañana.
El 24 de marzo de 1975 Alex Mitchell, un albañil de 50 años de edad de King’s Lynn, Inglaterra, literalmente se murió de risa mientra miraba un episodio de la serie The Goodies. Luego de veinticinco minutos de risa continuada Mitchell finalmente colapsó en el sofá y murió como consecuencia de un ataque cardíaco. Su viuda le envió después una carta a los Goodies agradeciéndoles por haber hecho que los últimos momentos de vida de Mitchell hubieran sido tan agradables.
En el 2003 Damnoen Saen-um, un vendedor de helados tailandés, se murió de risa mientras dormía a la edad de 52 años. Su esposa lo intentó despertar pero no tuvo éxito, y finalmente tras dos minutos de risa continua expiró. Se cree que murió a consecuencia de un ataque cardíaco o por asfixia.
Sin embargo todavía hay mucho por descubrir en cuanto a si es cierto o no. Estas historia podrian llegar a ser una leyenda urbana.
Melli -Pernía- Raúl Albiol - Capi - Colsa - De la Red
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